¿La neta?

¿La neta?
Guadalupe Loaeza
"La neta", como tú misma dices, desde hace unos días andas como zombie. Se diría que últimamente no te hallas; vas de un lado al otro, y cuando supuestamente llegas a tu destino, te preguntas qué estás haciendo allí. Por momentos te sientes como si estuvieras sonámbula, o como si tus pilas personales estuvieran a punto de apagarse. Por las mañanas te despiertas con el mismo sentimiento con el que te acuestas, es decir, con un extraño vacío. Lees y no lees los periódicos, miras pero no ves las noticias en la tele, oyes pero no escuchas los resúmenes noticiosos en la radio; para colmo no logras concentrarte en el libro que estás leyendo, ni tampoco tienes ánimos de buscar a tus amigas o de ir al cine o por lo menos de reunirte con tus familiares. En otras palabras, padeces de un estado de ánimo bastante inusual, por eso no lo reconoces ni sabes a qué atribuírselo. No es que te sientas ni triste ni enojada; ni preocupada, ni mucho menos angustiada. Tampoco estás realmente deprimida. Duermes y comes bien. Cumples razonablemente con tu trabajo, en fin, tu vida se desarrolla normalmente. Entonces, ¿qué diablos te pasa? ¿No te faltarán vitaminas? Me temo que sí, pero... en el alma... Luego has de estar: des-co-ra-zo-na-da, des-on-da-da, des-en-can-ta-da... ¿Acaso también te sentirás engañada, desilusionada, defraudada, desanimada, saturada, indigestada y hasta medio amargada? El caso es que algo te pasa... ¿No estarás envejeciendo?... Perdón... ¿No estarás madurando más de la cuenta?... O bien, quizás estás empezando a despedirte de algo que bien a bien no alcanzas a entender... Pero ¿de qué? ¿De una etapa de tu vida? ¿De una de la vida de México? ¿De una que corresponde a tu trayectoria profesional? ¿De las navidades de hace muchos años? ¿De las posadas a las que solías ir? ¡No...! ¡Ya sé! ¿La neta? ¡¡¡De la política!!!
¿De verdad te quieres deslindar totalmente de la política? Sinceramente no creo que sea la solución. Lo único que lograrás con ello es alejarte de la realidad de tu país. Sí, ya sé que es precisamente ésa la que no te gusta, pero sobre todo, la que no te provoca ninguna esperanza. Por consiguiente, estás des-es-pe-ran-za-da. Y, lo que es peor, sientes que ya no le tienes confianza a nadie, bueno, con algunas excepciones, como son tu familia y tus amigos. En ellos sí crees. ¿Crees? Dices que sí, pero... ¿La neta? Tampoco estás muy convencida. Desconfías tanto de todo el mundo, que el otro día hasta te preguntaste si Santa Clos no estaría involucrado en algún cártel... "Seguro lava dinero", te dijiste con una sonrisita muy mezquina. Si dices ya no creer en nada, ¿por qué, entonces, pusiste el árbol de Navidad y el Nacimiento? ¿Por puritito convencionalismo? ¿Por tus nietos? O ¿por no dejar? Es cierto que lo hiciste con mucho desánimo, pero finalmente terminaste haciéndolo... y el día 24, al pie del árbol, estarán tus regalos. Ojalá que pudieras elegirlos con una actitud más festiva y generosa que la que tienes actualmente, porque, de lo contrario, terminarás haciendo unos regalos totalmente desangelados.
He allí una palabra que corresponde perfectamente a tu estado anímico, tu problema es que estás des-an-ge-la-da, por eso todo lo haces sin ángel; estás des-en-can-ta-da; no le encuentras encanto a nada. Te urge que suceda algo que te en-can-te, que te maraville, que te entusiasme y que te estimule. Bueno, pero piensa que ya vienen las fiestas, las vacaciones, las reuniones familiares y los regalos. Piensa que está muy cerquita la Nochebuena, la cena de fin de año y los buenos deseos... Piensa que lo que acaba de vivir el país, en lo que se refiere a las elecciones, trae consigo muchas lecciones... Malo es empezar el año con tanto desánimo... Por otro lado, no estaría mal un pequeño receso. Dedicarte a otros temas, tener otros intereses y descubrir otros asuntos, como, por ejemplo, aquellos que tengan que ver con la ciencia, con la ecología y desde luego con las artes. ¿Por qué por ejemplo no estudiar un nuevo idioma o tomar cursos de historia (pero no nada más de México, sino universal) o iniciar clases de danzón o de cocina china? ¿Y si tomaras cursos de pintura o de karate? Semejantes retos te harían pensar ciertamente en otras cosas. Lo importante es no dejarse caer ni en pesimismos ni en desencantos. Hay tanto que hacer por el país, tanta gente que ayudar, tanto que darle a la familia, tanto que compartir con los nietos y tanto que leer del Kamasutra. Lo importante es dejar de pensar en uno mismo, es evitar verse constantemente el ombligo y dejar de quejarse por minucias sin importancia. Lo importante es sentirse vivo y vivir el momento. ¡Ánimo, corazones!
¿La neta? Habría que hacer más ejercicios espirituales y físicos, ser más tolerante, escuchar más al otro y privilegiar todo lo bueno que te ha dado la vida. No te olvides de que cada día tiene su propio afán y que todo en la vida tiene solución, salvo, claro, la muerte. Procura escuchar más tu corazón, ver menos televisión y vivir con más pasión. Dime, ¿hace cuánto que no lees poesía, hace cuánto que no vas a un museo, hace cuánto que no visitas a un enfermo y hace cuánto que no les dices a tus afectos cuánto los necesitas? Basta de sentirte tan autosuficiente, tan independiente y tan a todo dar... Asúmete vulnerable, con muchas limitaciones y con esa niñota que traes adentro que tiene ganas de llorar sin saber por qué... Disfruta de las próximas fiestas, rompe tu dieta, échate tus buenos tequilas y brinda por todo lo bonito que tiene México. Olvídate, un rato, de la política... Sigue el consejo de Fox, por un rato, ya no leas periódicos... Alquila viejas películas musicales, escucha tus discos de Mozart, lee a López Velarde y súmete en los cuentos de Cortázar. Pon los discos de Agustín Lara y deja volar tu imaginación... Vete a comer unos tacos a Beatricita, cómprate dulces de Celaya y paséate por los salones del Castillo de Chapultepec.
Esta es mi neta... te la regalo de todo corazón. La tuya, mejor tírala a la basura y búscate una mejor...
Reforma
14/12/2006
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